miércoles, 7 de octubre de 2009

Ahí

Ey!!



Ahí está la turbulencia del destino sacudiendo mis cimientos de nuevo, otra vez un embate de oleaje multidireccional probando la fortaleza de lo que todos admiran y mas de uno se atreve a tentar.

Ahí estas tu. Sentado en un parque cualquiera lees el papel que he impregnado con mi tinta, husmeando entre las comas y las tildes la forma que deben tener mis manos. Con fervor dejas pasar dos veces el bus que te lleva a casa solo por leer y releer cada sílaba en busca de algo que ni tu mismo sabes definir.

Ahí estás tu, fascinado con la tiranía que puede ofrecer un hijueputa como yo, tiranía que has probado en medio de gemidos, de sudor y de la basura de propuesta que has vomitado de tus entrañas, las mismas que en algún momento parecían tener mas que basura. No digo que haya sentido asco, disfruté cada centímetro de piel que recorrí, cada beso que di y cada obscenidad que arranqué de tu boca. Solo que consciente de lo que bebí, no me quejo ahora que tu vacío interior me ha producido esta diarrea verbal.

Ahí estás tu, componente perfecto del amante que tanto he buscado, empacado en el cuerpo del hombre que temo. Ahí estas con la paciencia mas grande el mundo, conociendo, enamorando, siendo tierno y brusco, infantil y templado, cobarde y valeroso, pusilánime y profundo. Una joya que no merezco, un bocado que quiero probar y del que después no me quiero arrepentir. No!... te traen a mi mis letras, las mismas que me han traído una cantidad no deseada de amores y odios que me han sacudido mucho. Te traen a mi tus esperanzas, esas que te tapan los ojos y te muestran quien crees que soy yo en verdad. Te acercas con la inocencia de un tigrillo, guiado por la curiosidad, tentado por el instinto, asombrado por lo desconocido. Te traen mis letras.

Ahí estás tu, el hombre perfecto, el marido incondicional para ella, que juguetea conmigo a ver cuando me lo voy a comer. Asco me da al imaginar que con las mismas manos que desean recorrer mi cuerpo te atreverás a tocarla a ella y a abrazar a tus hijos. En esta red que se ha desplegado a mi alrededor eres uno de los ejemplares de los que quiero lejos... pero ahí estás, jugando a ser el cautivador, el que dice sin decir y promete sin comprometer. Que tipo de alma en pena puede tener la sangre tan fría y el corazón tan seco como para escudar en una farsa sus gustos mas profundos?... el mismo que ofrece para mi nula confianza y honda pena ajena al leer lo que las personas son capaces de hacer a escondidas de su conciencia... solo que ella y el destino se secretean, y créeme, ninguno de los dos se queda con cosas guardadas.

Ahí están todos, dibujando en sus mentes lo que quieren que yo sea, el salvador de sus vidas, el hombre con quien fornicar mientras se tiene una “pareja estable”, el putito al que le puedo contar mis secretos seguro de que su moral recalcitrante y desactualizada no le permitirá chantajearme, el novio perfecto para reparar las fisuras de los corazones maltrechos. Olvídate!

Bien tengo bastante en que ocuparme con mis taras propias para ofrecerme voluntariamente a cargar con las ajenas. Sigue leyendo y sigue imaginando. No quiero que me saques de las hojas de ese papel. Correré la próxima vez que ofrezcas para mi tu atractivo cuerpo mientras tu pareja trabaja en las tardes. Cerraré mis ojos y mi mente cuando quieras asignarme un nombre, un cuerpo, un tono de voz y un numero en tu agenda... el silencio será el lago donde tus palabras, una a una, se ahogarán en medio de tu evidente soledad, tan evidente como la mía, eso si, llevada de una forma mucho menos decorosa que la mía. No leas entre líneas, no hay mensajes para ti. Obsérvame desde el otro lado de la vitrina, eleva plegarias, lánzame una moneda y espera a que otro te haga el milagro, yo no quiero... honestamente no se me antoja.

Ahí estoy yo, tan típico, tan verde como la primera vez. Eso si, mas enmohecido, con mas años y con evidentes signos de deterioro. Me da risa de las olas... ilusas manifestaciones de superioridad que tratan de probar mis cimientos. Allá están las gaviotas esperando que la marea les lleve mis restos, que el agua diluya mis ideas, que las letras se evaporen con el sol del amanecer.

A lo lejos están las estrellas, a lo lejos están los sueños, a lo lejos está mi mirada. Esa mirada que ahora se torna pensativa al darse cuenta lo que mis letras traen. Y como ellas lo traen ellas lo deben alejar.

Es tarde... la musa no se quiere ir, no quiero que se vaya. Solo quiero que cada uno me deje en los diez minutos que le toma leer, que no admire, que no alabe y que mucho menos busque acercarse a esos millones de códigos binarios que su pantalla le ofrece. Solo quiero que sigan en sus rosarios, contando sus penurias sin ir mas allá en los que las palabras y la tinta han dicho ya. El papel se desintegrará, el recuerdo se borrará y sus enojos terminaran sobre el vientre de una puta cualquiera, tranquilos, no los reprocharé por eso a pesar de lo reprochable que pueda ser yo.

Ya están quienes quiero que estén. De ellos me sigo enriqueciendo como en la primera palabra, el primer párrafo y el primer beso dado. De ellos, que también están ahí, he aprendido, comprendido y atendido. Ellos son lo que vine a buscar... así no lo encuentre en ellos.

Ahí está un suspiro. No puedo decir que es el último, no diré cuanto durará, quizá es el que buscaba alguna vez, el dilema es que a veces veo mas lo malo que lo bueno... lo bueno habrá de esperarme... lo malo?, bueno, ya sabemos que lo malo depende de quien lo mire.